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Sociedad Budista para la Sabiduría Compasiva


Habiendo esto, hay aquello

Habiendo esto, hay aquello,

y surgiendo esto, aquello surge.

No habiendo esto, no hay aquello,

y cesando esto, aquello cesa.

Si dos vigas se apoyan una en la otra, y una se quiebra, la otra cae también. El Buda habló de la profunda y noble verdad de que todo en el universo es interdependiente; que todo está interrelacionado. La ley universal de causa y efecto se aplica a todo, porque todo proviene de la misma fuente.


Así, cuando se produce algún daño, otra cosa también resulta dañada; si alguien ayuda a otro, ambos cosechan los beneficios. Si provocas algún mal a otro, tú también recibes un mal: si ayudas a otra persona, esto naturalmente tiene un afecto también en ti. ¿Cómo es posible dañar a otro después de comprender ésta verdad universal?


Para aquellos de ustedes que no conocen ésta ley, y que van aquí y allá pasando por encima de los demás, viviendo una existencia centrada en sí mismos, escuchen por favor: La única manera de vivir en verdad, en la realidad, es ayudando a otros. No importa qué tan miserable sea la circunstancia en que te encuentres, abandona conductas dañinas y conflictivas, y ayúdense unos a otros. El fuego y el agua tienen propiedades físicas opuestas, sin embargo son útiles en extremo cuando los usamos armoniosamente.


Debes llegar a la comprensión de que todos compartimos alegría y sufrimiento juntos, y vivimos y morimos juntos. Entonces, abandonemos toda arma y todo medio de hacer daño; combinemos nuestras fuerzas, y juntemos las manos para ayudarnos mutuamente. Demos un paso juntos hacia adelante, y en primer lugar ayudemos a aquellos que más nos dañan. Entonces, una asombrosa ola de felicidad eterna cubrirá un magnífico paraíso de paz y libertad.

En un día brillante de primavera

un venado de largas astas

toma una siesta en el verde pastizal.

Ven. Song-chol Sunim, mayo 1984


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